En 2009, una investigación de la Universidad Stanford estudió a más de 200 alumnos con ejercicios de tareas y memoria. Sorprendentemente, el estudio demostró que los que se consideraban buenos para hacer varias cosas al mismo tiempo tenían peores resultados que los que preferían hacer una tarea a la vez. Las multitareas dificultaban la concentración y la supresión de información irrelevante. Mantenerse enfocado cuando la mente está distraída puede ser un desafío.
Cuando nuestra abuela adoptiva yacía en su cama del hospital, después de sufrir varios ataques cerebrales, los médicos no sabían cuántas secuelas quedarían. Tenían que esperar que mejorara un poco para examinar la actividad del cerebro. Hablaba poco y se le entendía menos. Pero cuando la mujer de 86 años que había cuidado a mi hija doce años me vio, abrió su boca seca y preguntó: «¿Cómo está Kayla?». Sus primeras palabras fueron sobre mi hija, a quien había amado tan abundante y plenamente.
Era el día que ahora llamamos Domingo de Ramos. Sin duda, no se trataba de la primera vez que Jesús visitaba Jerusalén. Al ser un judío devoto, iba a la ciudad todos los años para las grandes festividades (Lucas 2:41-42; Juan 2:13; 5:1). Durante los tres años anteriores, también había servido y enseñado allí. Pero este domingo, su venida era totalmente diferente: montado en un burro, mientras miles de adoradores entraban en la ciudad.